lunes, 2 de abril de 2012

José Manuel Chico Morales

Fotografía: José Manuel Chico Morales
Leo el catálogo de la exposición Pere(t)c. Tentativa de inventario en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, que se podrá visitar hasta el 29 de abril del 2012. Interesante ejercicio memorístico –valga la redundancia- de la colección de je me souviens, donde espacio y lenguaje son las dos piezas fundamentales desde las que se muestra al autor. Lugares deshabitados que el lector –y escritor Perec- reconoce por mediación del resultado del juego lingüístico. Sólo de aquellos sucesos o lugares ya en desuso -el nº 24 de la rue Vilin, Polonia-, de los que ya sólo nos quedan fragmentos inconexos, surge una escritura llena de intensidad, pequeños fogonazos, centelleos -colecciones-, que, al modo de Benjamin,  constituyen un libro.

En general me atrae todo aquello que, ya sea en forma de poemario, narrativa o arte plástica, aporte conocimiento. La literatura permite extraer ese tipo de conocimiento sensitivo que más me interesa.  Quizás sea en la novela donde mejor encuentre esta relación con el pensamiento, el género que más frecuento, sin duda. Sin embargo, me resultaría difícil tratar un género aislándolo del resto. El diálogo entre géneros, o el diálogo que se establece entre literatura y artes plásticas sigue siendo fundamental, al menos en mi caso.

Desconfío de ese diagnóstico que anuncia la liquidación de la literatura o la filosofía y que llevamos arrastrando desde hace décadas. Es imposible desprender al ser humano de su dimensión lingüística, y mientras haya lenguaje habrá literatura. Seguirá habiendo lectores y alumnos que acudan a la literatura con la misma necesidad con que se ha acudido siempre.

Texto: José Manuel Chico Morales

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